Lo primero es que quise ponerme un bigote como el suyo (el de mi amigo), del tipo "poeta romántico"...Una vez puesto, más que un poeta parecía el sargento García, eso sí un sargento muy guapo. La verdad es que no parecía un hombre, seguía siendo una mujer. Durante la inauguración un chico miraba y no podía parar de reír.
Más tarde fuimos a un bar, en el que todo transcurrió con normalidad... hasta que me empecé a dar cuenta de que mi amigo no me había besado en todo el rato. Podía ser por vergüenza mía o extrañeza de él. Esa noche dormimos juntos, pero los besos no abundaban. A la mañana siguiente cuando me levanté y aún tenía el bigote le dije que no me había besado apenas y él me contestó claro que te he besado! en la espalda!!!
Así que ante el panorama que se me presentaba, decidí quitarme el bigote.
Bueno pues este es mi relato, un beso muy grande, fue una experiencia muy divertida, de hecho, les he comentado a mis amigas de salir un sábado con bigote y les ha encantado la idea. Así que si me recordáis dónde comprasteis el maquillaje de los ojos...
Otro beso y hasta pronto.
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